Hoy se supone que te tuviera entre mis brazos,
y que aún queriendo, no dejaria que me llevaras al cielo.
El calor de tu cuerpo se sentiría en el más recondido desierto... sin embargo me encuentro aqui acariciando tu espacio vacío y secando los ríos que no han parado desde aquella noche... en que el cielo calló a la tierra y los sueños derramaron sangre.
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