Cómo saber si tus palabras no se entrelazan entre secretos y maldades de esas que escondemos para sentirnos un poco más humanos...
No quiero pensar, en que he regalado mis labios a un capricho...
Soy el objeto adicional, el premio de consolación y de alguna forma la excusa que ya buscabas.
No soy el refugio de tus pecados, ni el respiro de tu alma amargada...
Las palabras que dices rebotan contra mis ojos y se lanza a aventurar en el universo, igual y espero despertar de estos dias donde deje de ser yo, para vestirme de reina en el paraiso, ya no más....
déjame volver a ser invisible.
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