Me preguntas porqué y no sé que esperas que conteste...
De distintos vestidos me despojo y por ti... razgada y arrodillada lanzo plegarias para poder dormir.
Cada día dura mil aÑos, en los que tus labios no me buscan...
y de hecho, que no lo hagan, pues no deseo sentir el calor de aquella que hoy envenena mi alma de celos.
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