Querido *****:
Es de madrugada y aún no logro sacar tu rostro de mi cabeza... quizás es la lluvia mezclada con la época navideña la que me llena de melancolía y me hace extrañarte tanto, o quizás es el hecho que en ésta cama tan grande el peso de tu ausencia se siente más fuerte. Se que es absurdo el estar escribiendote ahora, cuando a lo que le escribo es a un fantasma, ése que inunda mis segundos con nostalgia... ese que entra a mi cuarto y me perturba con besos en la frente, que hace eco de tu risa en mi silencio y cuando menos lo espero me inunda de caricias.... caricias vacías pues tú no existes, y es que prefiero pensarlo así, deseo pensar que fuiste un sueño... uno del que tuve que despertar tarde o temprano, porque pensar que todo esto que paso fue real, destrozaría lo poco que queda de mí. Imaginar que hace unas noches esa mirada fría fue de carne y hueso, que esas últimas letras realmente es el final de esta historia, me convertirían en la demente que realmente piensas que soy... y pensar que no pasó y que todo ha sido una agridulce locura mía, es soñar con un mejor mañana... Te extraño y quiero gritarlo a todos esos que me dicen que me olvide de ti, que eres un inmaduro y que no trate de forzar algo que nunca existió... Y no me importa, realmente que nunca leas esto, no me importa que en estos momentos andes embriagándote en rencor, odio y amargura... te quiero, siempre lo hice y no se por cuanto tiempo más lo haré... pero hoy aún puedo respirar tu aroma junto al mío, aún espero ansiosa todos los días el saber de ti, aún guardo la esperanza de que me perdones... hoy, aquí y ahora quisiera tenerte entre mis brazos... Mi vida no es la misma sin tí...
Maldita melancolía....
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